domingo, 23 de febrero de 2014

Basura Hubo en los ochenta, unos sociólogos franceses que analizaron basuras. Recogían, clasificaban y analizaban basuras de algunos grupos objetivos de su interés. Aplicaban a su manera la papa del estructuralismo. Me hizo sentido, porque, como “medio pollo” (reemplazante) en período de vacaciones de un concierge español, controlé la basura de un edificio burgués, a la orilla derecha del Sena en París. Tres días a la semana, una de mis funciones era botar la basura de mi edificio. Es decir, arrastrar a la calle dos basureros de plástico negro, de unos doscientos litros de capacidad. Al botar dicha basura, me di cuenta que el dueño del edificio, a ese que le llegaba el ascensor directamente a su último piso, recibía varios diarios y revistas, como Le Figaro, Le Monde, L’Express y ene publicaciones. Quizás era un accionista o un avisador importante de aquella prensa. Y este personaje poderoso, dueño del edificio, botaba sin leer, sin ni siquiera sacarle la etiqueta, a esos diarios y revistas enrollados. Toda esta información iba a dar a la basura, virgen, inmaculada, no leída ni trajinada. Entonces yo estaba muy informado de lo que pasaba en el mundo, desde el punto de vista de esa prensa. Una dama del cuarto piso, botó aparatos para adelgazar, sin uso, apenas desenvueltos, seguramente porque no entendió las instrucciones. Nadie entiende las instrucciones para usar aparatos vendidos por correo o ahora, venta electrónica. Son los típicos artilugios que se enchufan y vibran. En fin, al menos la basura parisina me informó alguna cosilla antropológica de ciertos parisinos, y posiblemente de algo global. Es más, me ofrecieron trabajo para armar estos aparatos adelgazadores. Oportunidad de trabajo que rechacé, pues allí yo fracasaría, ya que nunca logré el ritmo de una cadena Tayloriana. Tiempo después leí que un estudiante newyorkino escarbó las basuras de Bob Dylan y, EUREKA, rescató alguna canción desechada y descubrió que al cantautor le gustan mucho las pizzas. Se me pasó por el meollo, con mi pequeña experiencia de analista de basuras, ¿quiénes serían interesantes de revisarles sus deshechos en Chile?, Que valga la pena, me dije. Como para sacar conclusiones sociológicas cochinas evidentes o descubrir alguna joyita esperanzadora…

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